El tío Agustín, era el único hermano por parte de su padre. El no había perdido el contacto con la familia, sin embargo habían pasado más de 6 años, sin verse en persona.
El muchacho si reconoció a su tío, por él no habían pasado los años. Y claro, el no reconoció fácilmente a su sobrino, pues lo había dejado de ver prácticamente desde su infancia. El joven lo abordó, al principio fue un momento confuso, después inició la alegría y sorpresa.
Fueron a tomarse un café para intentar ponerse al corriente, después de unas horas de plática incesante, llegaron al porque el estaba en la ciudad sólo: La carrera de cantante.
Su tío lo escuchó atento, y después de un rato, le comentó que podía contar con el para lo que necesitara, tanto apoyo moral y económico. El sobrino le agradeció, pero declinó la oferta económica, pues consideraba que requería labrarse su propio camino. Su tío logro convercerlo que en caso de emergencia no dudará en recurrir a él, entonces.
Se despidieron, y su familiar le entregó su tarjeta para localizarlo, el joven le comentó que no tenía residencia estable, pero en cuanto la tuviera le avisaría.
El "músico soñador" camino, y camino, sin encontrar empleo, se tomó unos segundos de descanso a un lado de un poste de luz, cuando pasó por el aire un volante que cayó a sus pies. Decía:
" ATENCIÓN.
Vacante para gestor cultural,
en El Museo De Nuevos Artístas Rivera.
Para más información,
presentarse en instalaciones,
para entrevista. "
Continuará...
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