domingo, 1 de septiembre de 2013

- Cuentitos para la tarde 4 -

LETRAS Y YO.

"El estaba loco y solitario...."
Sacó la hoja del rodillo de la máquina de escribir, e insertó una nueva.
"El estaba loco, pero enamorado...."
De nuevo, sacó la hoja y colocó una nueva.
"El estaba loco de amor..."
-Uh...el proceso creativo es duro- Se dijo así mismo en voz alta.

Leonardo era un joven escritor veintiañero, cumplía sin querer, con el estereotipo del artista que padece por su arte. Vivía sólo en un pequeño departamento en el último piso de un viejo edificio, contaba con los muebles básicos y comía poco; trabajaba en el área de archivo de una oficina gubernamental cercana a su edificio. El soñaba (como muchos) en crear una maravillosa novela que encatara a su país y lo hiciera famoso y estable económicamente. Precisamente, el no buscaba fortuna ilimitada, buscaba reconocimiento, palabras de aliento que su padre jamás había pronunciado, su madre de tipo más sumiso tenía dudas, sin embargo lo apoyaba, y gracias a ese pequeñito respaldo, fue que se animó a salir de su pequeña ciudad e instalarse en la gran capital.

"Gjdjdkkaaisidbbkeejhabalejandroycriszzkjhh"
-Cero inspiración esta noche, ya me voy a dormir- se dirigió a su incomodo pero útil catre.

Se recosto y empezó a soñar con lugares extraños y rostros desconocidos, todo era una confusión. 


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